Una sociedad está obligada a someterse a una auditoría si cumple al menos dos de los siguientes requisitos durante dos ejercicios consecutivos:
Además, algunas entidades están obligadas por normativa específica, como las cotizadas o las que reciben subvenciones públicas.
Una auditoría mejora la transparencia financiera, refuerza la confianza de inversores y bancos, detecta errores o fraudes, y ayuda en la toma de decisiones estratégicas.
El proceso suele incluir:
El tiempo varía según la complejidad de la empresa, pero suele durar entre 4 y 12 semanas.
Algunos documentos esenciales incluyen balances, cuentas de resultados, facturas, contratos, extractos bancarios y libros contables.
Se pueden detectar fraudes, errores contables, incumplimientos normativos y debilidades en los controles internos.
El coste depende del tamaño y la complejidad de la empresa, pero suele oscilar entre 3.000 € y 15.000 € en empresas medianas.
Cualquier empresa puede solicitar una auditoría voluntaria para mejorar su gestión financiera y credibilidad ante terceros.
El auditor debe revisar la información financiera de forma independiente y emitir un informe objetivo sobre su fiabilidad.
El incumplimiento puede conllevar sanciones, dificultades para obtener financiación y problemas legales con organismos reguladores.
Sí, una auditoría refuerza la confianza en la empresa al demostrar que sus cuentas son fiables y están bien gestionadas.
Debes buscar una firma con experiencia en tu sector, buenas referencias y un equipo cualificado que garantice un análisis riguroso y transparente.
En 2025 nace este proyecto como la evolución natural de una carrera profesional cimentada en años de experiencia en el ámbito financiero y contable.